El término “patota” se utilizó en la Venezuela de finales de los 60 como sinónimo de pandilla de jóvenes dedicada a cierto vandalismo. Aclarado esto podemos entender el encabezado de la Revista Bohemia, una de las publicaciones más importantes de esa Venezuela. En contraposición a la actitud violenta de las patotas, los hippies eran amor y paz, en términos actuales, “relajados”, especialmente los seguidores de la onda psicodélica.
Este sector juvenil amante de la música rock se congregaba todos los fines de semana en “Las Mermeladas”, que definida por su creador, Cappy Donzella, eran “algo suave, dulce y pegajoso”. Cappy y los Cerebros Elásticos (una especie de colectivo creativo de inspiración psicodélica) organizaban conciertos o happening, para difundir la nueva cultura de la era de acuario. Para tal fin alquilaron el Teatro Caracas (Av. San Martín) por quinientos bolívares mensuales.
Allí sucedía de todo, música, performance, fiestas, disc jokeys y hay anécdotas como la que cuenta el líder de la movida, “Cappy”:
“En una de Las Mermeladas, estaba en uno de mis discursos de paz y amor mientras los grupos tocaban. De repente sube una loca divina y me dice ‘cappy mi amor’ y me mete tremendo lenguazo. Yo quedé todo loco y cuando se está yendo me dice ‘chúpatelo todito’ y yo, queee?… cuando me doy cuenta de que me había dejado algo en la boca, un papelito con ácido licérgico. Yo quedé levitando. Si un beso embriaga, te imaginas con LSD dentro…”
Así los hippies combatían a las patotas caraqueñas. En la entrevista que realizó la revista Bohemia a Cappy Donzella encontramos lo siguiente:
“Considero que nosotros, a través de Las Mermeladas, que es algo suave, dulce y pegajoso, es música y colores, tan importantes para motivar al individuo, acabamos con las patotas. Ahí es todo comprensión, deseos de conocerse, que se conozcan, que sean auténticos, que vayan a los parques, a ser tal como son, que se liberen de esos miedos, de esa paranoia que siempre nos han sembrado… No se debe perseguir a tantos muchachos porque fumen marihuana. Pueden estar escapando a un problema hogareño, buscando crear en su mente cosas positivas. Pero si creo que debiera perseguirse más fuertemente a las farmacias que venden benzedrina, exedrina, anfetamina, estenomina, que son las que realmente minan el organismo y acaban con los muchachos…”
Discurso hippie del año 1969.
Saquen Uds. sus propias conclusiones.
Por: Félix Allueva | TW: @FexAlluevaFNB | IG: Nuevas Bandas | FB: Nuevas Bandas